Es la parte de la odontología que se dedica a la prevención y tratamiento de los tejidos de sostén de los dientes, como son el hueso, el ligamento periodontal y las encías.

 

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El principal agresor de estos tejidos es la placa bacteriana, un conjunto de bacterias organizadas que se adhieren a la superficie dental y están en estrecho contacto con las encías en su porción más delicada: el punto donde se unen al diente.

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La enfermedad más común que provoca la placa bacteriana es la gingivitis. La gingivitis es una inflamación de la encía que se evidencia por un cambio de color del rosa pálido normal a un rojo vinoso, pero el síntoma más significativo es el sangrado. Esta enfermedad puede presentarse a cualquier edad y es muy común en la adolescencia. El tratamiento suele ser muy sencillo: se realiza una higiene exhaustiva, acompañada de enjuagues específicos y es fundamental el aprendizaje de las técnicas de cepillado. En caso de no realizarse el tratamiento adecuado para detener la gingivitis, la infección pasa a planos más profundos y afecta el hueso que sostiene la pieza dentaria y el tejido de soporte que une el diente al hueso (ligamento periodontal), transformándose en periodontitis.

 

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La periodontitis es una enfermedad más avanzada y requiere un tratamiento más específico, como son los raspajes y alisados de las superficies radiculares. En casos más avanzados es necesario realizar cirugías para eliminar los tejidos más afectados y utilizar después técnicas de mayor complejidad para recuperarlos, como la regeneración guiada.